UN SENTIMIENTO VERDE INVADIÓ MI CORAZÓN

Las secuelas de un largo día me impiden expresar con claridad las sensaciones tras el partido contra Irlanda. Tenía yo ganas de ver a esta gente dentro de un campo, y no por el futbol precisamente. 

Comenzó el día lluvioso,  y parecía que había dejado a algún Español en la cama. Por supuesto, no a los Irlandeses,  que ya andaban sin camiseta desde bien temprano cubriendo de verde las calles.

Estaban preparados para un baño futbolístico y solo bromeaban, si acaso con Torres, más por buscar un pique futbolero que por otra cosa.

Pero ellos son Irlandeses y ya saben de qée va esto. Ellos tienen su esperanza puesta en  ganar un partido en una fase final,  y con ese ánimo les basta para abarrotar una plaza,  acogernos en su grupo, levantar ambas banderas y compartir cervezas

Así, entre unas cosas y otras comenzó el partido, y si contra Italia éramos veinte mil  y ya fue floja la animación, pues siendo unos ocho mil ya me contaréis. 

En el campo 1,2,3 y hasta 4. Buen juego y dejando un buen sabor de boca; en la grada nuevamente nos pintan la cara. Increíble. Estos tíos de verde no paran de cantar y eso no me parece bonito,  pero lo he visto hacer a trescientos o cuatrocientos ti@s todos los domingos. Lo acojonante en ver a veinticinco mil hacerlo a la vez

Nosotros tenemos una estrella en el pecho. Su afición debería tener 5.

Con el pitido del árbitro el estadio se caía, y me sigue pareciendo curioso, por llamarlo de alguna forma, que exista alguien que se meta 2000 km para ver un partido y no aplauda ni al final de este.  Y si no quieres aplaudir a los tuyos, ponte en pie y aplaude a la hinchada de Irlanda, que es verdadero ejemplo para todos.